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A Dios no le pidas perdón…

Lorena Villarreal
A Dios no le pidas perdón… Eso no es necesario.
El no se ofende por los errores que puedas cometer. Si lo hiciera, no sería Dios.

Nosotros le damos a Dios características que son humanas y no divinas… Es el hombre el que se ofende y el que necesita que le pidan perdón.

Es el ego humano el que entra en conflicto con los errores de los demás, pero Dios no tiene ego. ¿Cómo habría de tenerlo si es la máxima sabiduría de amor del universo? El ego desde su oscuridad es quien se ofende y necesita el perdón… Es quien culpa y se culpa por los errores cometidos.

Nosotros juzgamos a Dios como si fuera humano. Nadie comete errores por gusto, y eso no significa que no los cometamos pero no a propósito ni con una intención de maldad. Cometer errores no es malo; es necesario y es perfecto porque es gracias a ellos como nosotros vamos avanzando… Como nos desarrollamos espiritualmente. No tenemos otra manera de aprender en un principio sino a través del error… Al estarnos equivocando vamos descubriendo lo que es falso y lo que es verdadero…
Lo que es de amor y lo que es del ego.

Es el error el que nos lleva a la sabiduría y a desarrollar el principio de amor en nosotros… Por lo tanto el error es buenísimo. Es la herramienta pedagógica del universo. Y entonces, si el error es necesario para nuestro desarrollo… ¿Por qué Dios habría de ofenderse por nuestras equivocaciones?

¿Tú te ofenderías o te enojarías con un niño pequeño que hizo mal una suma?… No lo harías porque comprendes que está aprendiendo y que no lo hizo a propósito. De igual manera nosotros los humanos también estamos aprendiendo y nos equivocamos.

Creer que podemos ofender al Padre es absurdo y es ignorante. No le pidas perdón, realmente no es necesario. Él conoce nuestras limitaciones y nuestra vulnerabilidad, y sabe que por ahora somos pequeños y nos equivocamos, pero que es gracias a eso que nosotros vamos avanzando… Vamos creciendo… Nos vamos perfeccionando y purificando.

Mejor pídele guía… Pídele que te muestre el camino y que te lo ilumine para saber actuar desde la sabiduría… Pídele claridad en tu mente y calma en tu corazón. Dios nunca se ha ofendido por algo que hayas hecho… Desde su infinito amor Él lo que espera es que te equivoques lo suficiente para que te conviertas en un radiante ser de luz y en su momento regreses a Él… A ese océano de amor infinito de donde un día saliste y que ahora espera por tu regreso.