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¿Qué es la Aceptología?
Aceptología es la ciencia que nos puede liberar del sufrimiento, porque está comprobado que sólo sufrimos por algo que no aceptamos y cuando lo aceptamos, dejamos de sufrir. Esto no es para creer. Es algo absolutamente verificable.
¿Y por qué le llamamos Aceptología?
Porque cuando hablamos de aceptación nos referirnos a ella como una ciencia… Y es que cuando hablamos de ciencia nos referimos a algo que es medible. Que se puede comprobar en base a resultados. Ciencia es saber algo, no creer. Tener la certeza de algo que es exacto y medible y se puede verificar en base a un resultado. Eso se considera ciencia.
Es absolutamente comprobable que la “Aceptación” es la liberación total del sufrimiento, porque basta con que algo se acepte para que se detenga el sufrimiento y se produzca el estado de la felicidad. Y esto es medible. Es por eso que a la “Aceptología” se le considera una ciencia… Se le considera “La Ciencia de la Felicidad”.
Breve Introducción de la Aceptología
Los seres humanos vivimos en estados constantes de conflicto y de sufrimiento, y esto es porque no aceptamos lo que sucede en nuestra realidad…
Pero… ¿Cómo podríamos aceptar algo que ni siquiera lo comprendemos?
No se puede.
- Tendríamos que empezar primero por comprender que todo lo que sucede en el universo es perfecto, y es parte de un plan pedagógico perfectamente elaborado por las más altas inteligencias del universo.
- También tendríamos que comprender que en el universo no existe la casualidad, ni la buena o la mala suerte. Si algo sucede y existe es porque está permitido por leyes universales y por las jerarquías del universo, o no podría existir.
- Tendríamos también que comprender que sólo enfrentamos situaciones que no hemos comprendido ni aceptado previamente.
- Y que aquel que acepta, comprende y obedece la voluntad del padre se libera definitivamente de todo sufrimiento porque ya nada más tiene que aprender del sufrimiento.
Cuando se acepta cualquier situación entramos en estados de paz y felicidad…
Es ahí cuando desaparece la necesidad de vivir esa situación, por lo tanto desaparece de nuestra vida. Ya no la necesitamos vivir porque ya aprendimos lo que teníamos que aprender.
Una nueva Realidad
Cuando nosotros aprendemos lo que las experiencias de la vida nos tienen que enseñar, se produce una nueva realidad correspondiente con nuestro nuevo nivel de sabiduría.
Cambia nuestro entorno y cambian nuestras experiencias… Lo que antes era difícil empieza a ser más fácil. Nos llenamos de estados de paz y eso nos lleva a vibrar alto. Al vibrar alto sintonizamos una nueva realidad, mucho más armónica y pacífica. A nuestra vida llegan sólo situaciones y personas amables y agradables porque somos correspondientes con ellas. Cuando aceptamos la realidad nos liberamos, y cuando no la aceptamos nos mantenemos esclavizados al sufrimiento.
¿Qué es la Realidad?
Siempre hay una realidad externa y una interna en todo ser humano…
El ego lucha por cambiar la realidad externa a lo que le acomoda y le conviene. Sin embargo, la realidad externa no cambia ya que obedece a una correspondencia que está relacionada al interior de la persona.
Cuando la persona comprende que es la realidad interna la que determina la realidad externa, puede empezar a trabajar en transformar su interior. Es ahí, cuando hay un cambio internamente, cuando la realidad externa se modifica.
Esto lo logra cuando acepta y comprende el propósito que hay en lo profundo de cada situación.
Cuando el ser humano ya no necesita enfrentar una situación en su vida porque ya aceptó la realidad externa, se genera la magia. Automáticamente se transforma ésta realidad.
¿Cómo saber qué es lo que no estoy aceptando?
Observa tu interior ante las situaciones que te molestan…
Todo lo que a ti te genere molestia, te está mostrando claramente una falta de aceptación de tu parte. Te está mostrando algo que no aceptas.
Y mientras esto sea así, tendrás que seguir enfrentándote a situaciones desagradables y molestas, hasta que aprendas a aceptarlas.
- Si en tu interior encuentras rencor, es que no estás aceptando que los demás no son culpables de lo que tú vives o has vivido.
- Si con frecuencia estás de mal genio es porque no aceptas lo que los otros hacen o dicen.
- Si tiendes a criticar y condenar los comportamientos de los demás es porque no aceptas que cada quien tiene derecho a manejar su vida como mejor puede.
- Si frecuentemente detectas en ti un comportamiento rebelde, es porque no has comprendido la necesidad de aprender a adaptarte a tu entorno.
- Si se conectan los celos en ti es que no has comprendido que nadie es tuyo y que nadie te pertenece, y que sólo el amor te puede unir a los demás.
La lista puede ser muy larga…
Observa tu interior y cada vez que te sientas mal ante algo, pregúntate… ¿Qué no estoy aceptando?
¿Luchas contra la Vida?
Cuando no aceptas lo que sucede es porque no comprendes que siempre hay un propósito de amor del Padre, y que la casualidad no existe.
Esa no aceptación te lleva en automático a una lucha constante con tu entorno, desgastando de manera severa tu energía vital, y generando resultados de desarmonía.
Te vas a empezar a enfrentar a alguno de éstos cuatro problemas humanos, sin darte cuenta que eres tú mismo quien los está provocando con tu lucha y tu falta de aceptación.
¿Cómo puedo liberarme del sufrimiento?
Para liberarte por completo del sufrimiento y entrar en estados de paz permanente, necesitas empezar por renunciar a todo lo que tú ego quiere. Necesitas renunciar a lo que no viene del amor. La renuncia tiene un poder muy grande, porque es cuando tomas una decisión consciente…
Consciente y voluntariamente decides soltar lo que ya no va contigo, porque aspiras a llegar a un nivel más elevado. Decides soltar todo lo que es de la ignorancia, para empezar a expresar el amor. Decides convertirte en un ser de amor del universo, y empiezas a renunciar a todo lo que viene del ego. Al declararte un ser de paz y de amor del universo, renuncias a que se haga tu voluntad porque estás dispuesto a decir:
“PADRE, QUE SE HAGA TU VOLUNTAD Y NO LA MÍA”.
Eso es lo que hace un ser de amor.
Ahí sabrás que estás amando y que ya estás aceptando.